martes, 17 de febrero de 2009

Un cuentico para reflexionar
Tengo 2 hermanas: una mayor y una menor. Soy la que dicen el relleno del sándwich. Mi hermana mayor siempre ha sido delgada y muy alta. Salio a la familia de mi mama; en cambio mi hermana y yo (Paola) somos del lado de mi papa: bajitas y rellenitas.Cuando me desarrolle engorde muchísimo, las lolas me crecieron tanto que me salieron estrías.Pero no fue lo único que me creció rápidamente: la panza, las caderas, las piernas.Todo menos la altura.


Me daba mucha rabia que mi hermana mayor y yo comiéramos lo mismo y ella estuviera siempre en la linea. Un día me vi al espejo y decidí que ya no quería ser así, estaba harta de mi figura. Yo iba a decidir ser delgada como una escoba o un gancho.


Comencé haciendo las dietas de Internet y deje poco a poco los carbohidratos, el azúcar, la leche, la grasa y así hasta dejar de comer toda la comida.Podía aguantar muchas horas sin comer mientras bebiera agua, y cuando sentía que me iba a desmayar me comía un vegetal, a veces una fruta o si iba al gimnasio una bebida energizante. La ropa de mi hermana mayor me quedaba, incluso grande, pero me seguía sintiendo gorda aunque me viera como una corredora de maratón etíope .


No comía en casa, no iba a cenas con mis amigos, llegaba tarde a las fiesta para no tener que comer. La comida me empezó a dar asco; siempre sentía que podía bajar 5 kilos mas. Estaba enloquecida, si me ponías una escoba con falda en una revista, la envidiaba, la recortaba y me juraba que iba a llegar a ser como ella. En navidad todos se dieron cuenta; me obligaron a comer y al cuarto bocado de hallaca tuve que ir al baño a vomitar. No porque vomitara la comida, sino que me daba pavor, miedo,paranoia,dejar de ser flaca


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